martes, 21 de agosto de 2012

TIRANÍA




Mucho se ha escrito sobre estos dos revolucionarios británicos, los hermanos Brownlee que, junto al ferrolano Gómez-Noya, han dado una par de vueltas más en la performance más elitista del triatlón con drafting. Estos tres caballeros han convertido el circuito mundial programado por la ITU (International Triathlon Union) en su particular jardincillo de demostraciones épicas, dictando cátedra allá donde aparecen.

Sin embargo, antes que estos déspotas triatléticos del siglo XXI aparecieran, el TRI-reinado pertenecía a otras figuras del deporte multidisciplinar. Una de ellas fue la australiana Emma Carney (Bourne End, 1971). Esta corredora británica de 1500 m, 3000 m y pruebas de cross, cambió su nacionalidad al trasladarse junto a su familia a la gran isla oceánica y consiguió una de las hazañas más singulares del planeta TRI: lograr 18 meses después de finiquitar su primer triatlón, proclamándose campeona del Mundo de triatlón el 1994 en Wellignton (NZL-foto).

A partir de la imperial gesta de esta aussie, empezó su particular tiranía deportiva. Tres títulos del circuito de la Copa del Mundo (1995, 1996, 1997), actual World Series, dos campeonatos del Mundo (Wellington 1994 y Perth (AUS) 1997), plata en Cleveland (USA) 1996, plata en el mundial de duatlón en Huntersville (USA) 1999 y bronce en Montreal (CAN) 1999. Aunque su gran proeza fue ganar en un año, concretamente en 1996, siete de las copas del Mundo en las que participó. Esta singular marca solo fue igualada, años más tarde, por otra emperadora del triatlón, la añorada portuguesa Vanesa Fernandes.

Si recupero un poco de triatlón vintage de mi biblioteca mental, recuerdo que los propios australianos comentaban que Emma tenía un talento natural en los segmentos ciclistas y carrera a pie, pero el hecho de  no nadar en la vida penalizaría sus resultados. Sin embargo, el propio Cris Mc. Cormack sentenciaba: "Emma is hard"  y bajo esa premisa, a base de esfuerzo y tenacidad, la triatleta mejoró rápidamente su rendimiento acuático. Pero lo que no nos aclaraban los kangaroos es la obligada base de natación que tienen todos ellos durante su etapa escolar, concretamente 3 días a la semana en los que hacen acto de presencia en las piletas. En consecuencia,  la gran mayoría de los aussies sabe nadar perfectamente y tiene una perfecta familiarización con el medio. Razón clara que nos debería obligar a reflexionar sí la educación física que tenemos actualmente en los colegios es la correcta.

Sin duda, la presencia de grandes nadadoras de la época, como las norteamericanas Sheila Taormina y Joanna Zeiger, por ejemplo, obligaban a unas espectaculares remontadas, actualmente imposibles, de la queen Emma. Sus parciales, especialmente el del tercer sector, eran tan feroces que puntualmente eran más rápidos que muchos de los marcados por los chicos, provocando serias lecciones de humildad. 

Su paso por el triatlón fue demoledor en el final de siglo XX, pero una dura lesión en el metatarso y un complicado sistema de cualificación, que planteó la federación australiana de triatlón, la dejó sin poder estar en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Esta gran polémica, junto a la de Cris Mc. Cormack, llenó muchas páginas y provocaron un gran debate por la no presencia de estos dos mitos del deporte australiano. Finalmente, el triunvirato formado por Michelle Jones (2ª), Nicole Hackett (9ª) y Loretta Harrop (5ª) fue el elgido. 

Años más tarde un problema cardiaco, una taquicardia ventricular, sumado a la muerte por cáncer de su hermana mayor Jane, la llevó a poner punto final a su vida deportiva profesional. Actualmente, Emma es uno de los altavoces más importantes de Australia y del triatlón a la hora de concienciar a los deportistas en hacerse un buen chequeo médico, en prevenir cualquier dolencia, evitar riesgos y, sobre todo, disfrutar de una vida sana con el deporte, ¡tomemos nota! Como siempre, Emma fiel a su estilo demostró que fue, y es, una luchadora nata. Estoy convencido de que sus rivales de la época nos podrían asegurar que, aunque se bajaran a correr con una holgada ventaja, temían la remontada de Carney, Emma Carney.

Salud y kms, Xavi.