domingo, 16 de septiembre de 2012

TRAMUNTANA




Encantadora la vista que se divisa en la instantánea. Cadaqués (Girona) perdió por un día esa tranquilidad y armonía que se intuye en la foto al ser invadida por una multitudinaria guardia pretoriana de nadadores hambrientos de metros y dispuestos a conquistar el reto, el gran reto. Entre ellos grandes deportistas como Santi Pellejero, Damian Blaum, Minerva Pujol, Luís Moya, Claudia Dasca, Lydia Morant, Sergi Roure o mi compañero de fatigas Francesc Sucarrats entre otros, sumados a celebrities de diferentes estamentos de la sociedad.

Los casi 7 km que separa el Cap de Creus de la bella cuna y  despertador de inspiración de grandes artistas del país como Dalí, Picasso o Miró, junto a los hermosos paisajes que ofrece la zona, eran algunos de los motivos de seducción para los intrépidos anfibios congregados en la preciosa localidad de la espectacular Costa Brava.

Todo iba sobre el timing preestablecido hasta que apareció un invitado de piedra. La odiosa tramuntana castigaba con fuerza la moral de organizadores y deportistas. Existía la posibilidad de aplicar el Plan B, sin embargo, todos queríamos completar el mítico trazado. 

Con maestría, las mentes pensantes de la organización decidieron demorar la salida después de confirmar las previsiones meteorológicas y ver que el fastidioso viento de norte empezaba amainar. Los marnatonianos se iban citando en la Cala Jugadora, punto de partida de los más de 700 valientes, y empezaba una larga tensa espera, donde los nervios y las dudas iban aflorando en las mentes de los que querían desafiar la bravura de la costa empurdanesa, Mientras, la tramuntana no dejaba de soplar.

Finalmente, y casi 3 horas después del horario previsto, ¡arrancábamos! Perdón, ¡despegábamos! El ritmo impuesto por algunos nadadores del C.N. Sabadell, dirigidos con maestría por meisseur Fred Vernoux, dinamitaba desde el primer metro el inmenso pelotón congregado en la punta más al este de la península.

Fuerte sofocón a la primera de cambio, pero, afortunadamente, había preparado con mimo este gran desafío y sabía que la marcha cuartelera de los nadadores iba a ser infernal. Poco a poco, íbamos haciendo camino y el grupo cabecero iba perdiendo unidades. Hasta que el gran favorito, el pibe Damian Blaum decidía que era hora de irse en solitario. Para entonces, faltaban alrededor de 3 km y el piloto rojo empezaba a encenderse pero me había mentalizado para este momento. 

El argentino no dudó, atacó y atacó, pero un servidor se pegó con cola de impacto en el lado izquierdo del poseidón americano. Llegaba el momento clave, las fuertes corrientes que hay al pasar entre la punta S'Oliguera y la punta Sa Tortuga acaban de minar la mente y las pocas fuerzas que les quedan a los nadadores. Quedaba poco más de 1 kilómetro, ya se divisaba el campanario de la población y tenía claro que podía ser el hachazo definitivo del torpedo de la Pampa. Sin embargo, en ese instante, un par de toques pararon nuestro nado y decidimos formar un pacto de caballeros, finiquitado por completo nuestra particular batalla de ultramar. La meta situada en la Cala Gran de Cadaqués y todo el público presente pudo comprobar el trato entre nadador y triatleta.

Horas después muchas reflexiones invadieron mi colapsada mente entre algunas la que me repite mi familia: "Los sueños con trabajo, esfuerzo y pasión se hacen realidad". Observar la cara de felicidad de todos al poner pie a tierra y cruzar la finish line mientras les colgaban la medalla de finisher te ponía los pelos de punta, sobre todo, al comprobar que muchos a los que ayudas a conquistar sus sueños los consiguen. Lluís, Manu, Javi, Francesc, Íngrid, Enric o mi hermana Eugènia son claros ejemplos de pura superación, ni la tramuntana pudo con ellos. ¡Enhorabuena a todos, marnatonianos!

Salud y kms, Xavi.

P.d. Mi sincera felicitación a la magnífica organización de la V edición de la MARNATON Cap de Creus-Cadaqués. ¡Una experiencia fantástica y muy recomendable!