martes, 18 de septiembre de 2012

TRAVESÍA POR EL DESIERTO





Lo siento, pero después de todo lo acontecido durante los últimos días, ¡uno ya no aguanta más! La semana pasada el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), el señor Miguel Cardenal, informaba del nuevo tijeretazo que aplicará de cara al curso 2013, sumado al que ya se efectuó hace meses. Con esta acción muchas federaciones quedarán heridas de muerte. Se intuye un panorama muy cruel para el deporte en general. 

Hace poco más de uno año, en una de las clásicas salidas en bici, de las que estás más tiempo platicando que dándole a los pedales, lo avisé: "Nos espera una larga travesía por el desierto en lo deportivo". Reconozco que peco de pesimista y en ningún momento quise ejercer de pitoniso. Pero el tiempo me ha dado la razón y las próximas temporadas serán auténticos calvarios para las administraciones deportivas. 

Deberán seguir las órdenes de esta feroz tendencia del recorte que aplica en gobierno, ajustarán las estructuras y se verán obligadas a reinventarse. En definitiva, con menos personal las federaciones tendrán que trabajar más, con más responsabilidad y menos remuneración. Tal fatalidad tendrá una consecuencia directa para todos los deportistas, en especial, para todos aquellos a los que se les exigen resultados, títulos y medallas. 

Personalmente, creo que esta situación ¡es un drama! El deporte de alta competición se verá muy afectado y la falta de promoción, concentraciones o personal para la detección de talentos, entre otros valores, se perderán por el camino. Algunos auguran una masiva pérdida de futuras generaciones de atletas olímpicos. Pero no solo la elite quedará perdida de la mano de Dios, si no que los amateurs verán como todo se encarece e irán perdiendo a los héroes en que reflejarse, claros ejemplos de los efectos de la poda anunciada por el CSD. Sin duda, es la estocada final para el deporte.

Tal como ha sucedido en otros barrios como la cultura, sanidad o educación, a los inquilinos del actual gobierno no les tiembla el pulso a la hora de coger las tijeras y capar sin compasión muchos de los grandes cuerpos de la sociedad del bienestar. Muchas de estas son grandes escuelas de valores y sin un buen apoyo las next generation se extraviarán. Eso sí, los próximos años el estado será  sede de muchos de los grandes campeonatos: Mundiales de Natación, de Balonmano, de Ciclismo o de Baloncesto por citar algunos. Se exigirán resultados y, sobre todo, ¡medallas! Sin embargo,  ya están llegando las primeras secuelas, los Juegos del Mediterráneo del 2017, que deberían  celebrarse en Tarragona, se están tambaleando. El coste de  organizar eventos de gran calibre son muy elevados y también sufrirán severos recortes.

Los federativos deberán estrujarse  mucho para poder sobrevivir o solucionar este conmovedor desaguisado. ¡Sin medios y sin inversión el deporte está muerto! Para algunos aún queda una pequeña puerta para la esperanza, sí los miembros del CIO (Comité Olímpico Internacional) apuestan, el año que viene en Buenos Aires, por la candidatura de Madrid 2020. En definitiva, el año próximo conoceremos la condena final para el deporte del país.

Salud y kms, Xavi.

P.d. Foto de J.L. Hourcade