Cuesta arrancar cuando uno comprueba que estamos inmersos en esta peligrosa espiral que nos ha tocado vivir. La negatividad reinante provocada por un sinfín de acciones de cierta crueldad, reafirman la ausencia total de respeto y tolerancia, dos de los valores más importantes de la vida y que todos, puntualmente, deberíamos recordar.
Sin duda, nos encontramos en una época fatigosa y que despierta cierta tendencia pesimista, pero no hay que vivir en un estado de lamento continuo. Hay que reinventarse, reactivarse e intentar buscar todo tipo de posibles soluciones para recuperar este estado agónico que sufrimos.
Para ello, es importante salir del nido, viajar y conocer gente nueva con diferentes inquietudes, con aire fresco que te amplía la visión que nos ofrecen, habitualmente, los prismáticos que llevamos puestos. Las perspectivas aumentan considerablemente y, aunque coincides en que todos los sitios cuecen habas, también descubres varias almas inquietas con VOLUNTAD de hierro capaces de evolucionar de manera positiva delante cualquier tipo de obstáculos que les depara la vida.
Uno de estos maravillosos encuentros se produjo hace unos días en la capital del Turia. El destino nos regaló que coincidiéramos David y un servidor. Sinceramente, ignoraba su leyenda personal pero cuando me la contó, uno comprobó su gran historia de lucha y superación. Su conmovedor relato empezó hace cuatro años, cuando un terrible accidente en moto le tuvo 14 días en coma. Cuando todo parecía perdido, ¡David despertó! "No podía andar, no podía comer, no digería nada... era un bebé", me comentó.
Todo el personal sanitario del Hospital Valencia al Mar "me ayudó muchísimo y, poco a poco, fuimos superando pequeñas metas". Escuchando a este singular fenómeno comprobé una de sus grandes virtudes: la capacidad de lucha y sacrificio. David me lo repitió varias veces: "En el cerebro está todo y si sufres cualquier daño lo pierdes todo, tanto física como cognitivamente".
Gracias a su tenacidad le logró preparar, con poco ruido y mucho trabajo, una media maratón de la que recuerda con orgullo que "en meta estaba hecho polvo, todavía no coordinaba bien y me rozaba con los pies... pero ¡llegué!". Meses después le dieron el alta y dejaba, definitivamente, sus periódicas visitas al hospital. Rápidamente, se interesó por el TRI, primero ayudado por la gran Pilar Hidalgo y, actualmente, es el maestro Juan de la Torre quien le asesora para poder completar sus objetivos multidisciplinares. Cullera, Pinedo, Canet, Antella, Valencia o Madrid han sido sus retos conseguidos, sin embargo, su enorme ilusión sigue engrasando su motor y ya está confeccionando el calendario cara la temporada 2013, " simplemente, para mejorar y sentirme mejor".
Cuando descubres mentes prodigiosas como la de David, te das cuenta de la importancia de la vida y recibes ipso facto una fascinante masterclass que te ayuda a minimizar toda la triste mediocridad que muchas veces te envenena. Este gran ejemplo de superación te rememora la famosa frase de Albert Eisntein: "Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: LA VOLUNTAD". Sin duda, el ejemplo de David cumple al 100% con la máxima del físico alemán.
¡Muchos ánimos David! Mucha fuerza positiva para continuar creciendo y seguir dándonos estas impresionantes lecciones de valores. ¡Gracias! Salud y kms, Xavi.
