martes, 14 de febrero de 2012

GENES





Hace unos meses, gracias a mi parentela me llegó una de las páginas del libro que se confeccionó para celebrar el 25º aniversario del Club Atlético Manresa (CAM). En esta plana se especificaba un poco de historia del deporte rey en el "Territori Comantxe". El escrito especificaba como un grupo de jovenzuelos de Artés, pueblo cercano a la capital del Bages y cuna de gran parte de mi familia, se aplicaban dando exhibiciones de atletismo por la Catalunya Central durante los años comprendidos entre el 1934 y el 1937.
Entre estos entusiastas amantes del atletismo se encontraba mi abuelo, Josep Sallent, genio y figura del deporte de los años precedentes a uno de los episodios más negros de la historia española.
Siempre me acordaré cuando de pequeño me contaba sus entrenamientos, sus competiciones... y como la Guerra Civil truncó su sueño deportivo. Desgraciadamente quedó definitivamente parado al tener que ir al frente, donde, sin poder de decisión luchó a favor de la República y pasó su particular calvario en el campo de concentración de Estella (Navarra) al ser capturado por el ejército franquista.
Cuando llegó esta hoja a mis manos, rescaté en mi memoria un sinfín de imágenes en blanco y negro que me enseñaba con pasión "l'avi Josep". Ahora sé que aquellos fueron los primeros pasos en mi "intoxicación" deportiva.
Estoy convencido de que parte de sus GENES competitivos son heredados del padre de mi paciente mamá. Con toda seguridad puedo afirmar que él hubiera disfrutado muchísimo siguiendo mis pasos deportivos y con toda probabilidad hubiera sido el forofo más entusiasta de mis años mozos como triatleta, ¡lamentablemente no pudo ser!
Siempre me quedará el orgulloso recuerdo de estos campeones capaces de emular a los Jessie Owens de la época, con una lamentable situación social y unas miserables infraestructuras. Como refleja la página, saltar 3´05cm con pértigas de caña, sacadas de las laderas de los ríos y cayendo a plomo en el suelo en el 1935, volar en 80m lisos en 10 seg, o brincar 5´53cm en longitud en un improvisado foso de tierra que se configuraba en las veladas atléticas celebradas en los años 30, nos asegura que eran unos auténticos hombres de hierro.

Sin duda, soy un ferviente admirador de estos descarados valientes, que gracias a su pasión empezaron a construir los cimientos del deporte español. Deseo que esta pequeña reseña de historia del deporte os haya gustado. Salud y kms, Xavi