viernes, 3 de mayo de 2013

FAMILIARIZARSE



Los grandes retos ya están aquí y, como recordaba el gran Iván Raña: "La prueba de Fuente Álamo es la clásica de primavera". Sin duda, el evento murciano es conocido, por los más carrozas de la familia triatlonera, como el que daba, ha dado y dará el definitivo pistoletazo de salida del curso multidisciplinar en la península. No obstante, el triatlón está de moda y cada año crece de forma exponencial, apurando, quizá en exceso, y celebrando pruebas más cercanas al invierno que al lógico verano. 

Lo que sí es cierto, es que muchos ya han  podido sacarse el mono en las primeras carreras celebradas y, debido a la dura, larga e intensa época invernal, han comprobado que el agua está muy fría. En la zona mediterránea ronda entre los 13 y 15 grados, mientras que en el norte corteja los 12 grados. Esta temperatura del segmento acuático provoca cierto respeto a la hora de estructurar algún entrenamiento en aguas abiertas o, simplemente, tirarse al agua para empezar el deseado TRI. En efecto, somos triatletas y aunque nos adaptemos a cualquier situación desfavorable, no somos pingüinos. Por este motivo, debemos intentar minimizar todos los posibles riesgos que podemos encontrar a la hora de nadar en aguas gélidas. 





Uno de los factores importantes frente a esta desagradable situación es FAMILIARIZARSE con la temperatura del medio acuático. Por este motivo, los sabios reivindican, por activa y por pasiva, testar el circuito y estado del primer sector, ya sea durante los días previos o aprovechando el calentamiento. Obviamente, al lanzarnos al agua comprobaremos el estado y, con toda probabilidad, viviremos sensaciones de vértigo. 

Sin embargo, si usamos un par de gorros para proteger la cabeza (recomendable que sean de silicona o uno de ellos de neopreno), hacemos una buena movilidad articular antes del nado, aprovechamos alguna de las cremas calentadoras que ofrece el mercado, estilo Therma cream de Mebaline, miccionamos dentro del neopreno para calentar el agua que penetra y nos mentalizamos a pasar cierta angustia durante las primeras brazadas, conseguiremos disminuir el contraste, de más de 20 grados, entre nuestra temperatura y la del medio acuoso. 

Parece una tontería, pero muchas organizaciones en el extranjero, facilitan áreas de familiarización para que todos puedan adaptarse a la temperatura del segmento acuático. Por lo comentado con varios triatletas y por experiencia propia, este año el nivel del mercurio ha bajado de manera extrema, por lo que os recomiendo que toméis todas las precauciones posibles. 

Recordad, que habéis entrenado mucho para lograr vuestro sueño y sería un grave error no completarlo por un descuido o falta de prevención, al encontrar el agua fría, muy fría. ¡Suerte a todos!

Salud y km, Xavi.