jueves, 1 de noviembre de 2012

CASTAÑA PILONGA





Pasan los años y como si fuéramos unos ilusionados cadetes, seguimos enredándonos en todas las sorpresas que nos organiza el bueno de Emili. Uno de los maestros de los fittings no desaprovecha ninguna de las oportunidades que brinda el calendario, para engañar a un buen grupo de animosos ciclistas, riders y triatletas en sus particulares emboscadas

Aunque nos encontremos en el placentero período destinado a desconectar, uno no puede faltar a estos atractivos envites. La excusa era bien clara, disfrutar de una brillante matinal y al coronar el Mortirolo del Bages, tomarnos unas buenas castañas y panallets (dulce típico en estas fechas en la geografía catalana) para celebrar tal hazaña. 

El poder de convocatoria de Emili no defraudó, la visita de los kamikazes  de Ravet Bikes, la presencia de varios de los primeras espadas de la zona como Carles, Miguel, Sergi, Xavi, Toni, Fabián, Quico, Nasi o Marc, entre otros, y algunos apasionados del mundo de las dos ruedas como los Xavis, acabaron de formar una gruppeta infernal dispuesta a sufrir uno de los últimos calentones del año. Sin duda, solo el intento de superar el primer escollo y más exigente de la jornada obligó a aplicarse al máximo para no caerse de la bici.

¡Coronamos! Después de un excelente y copioso avituallamiento, de platicar de forma relajada y de plasmar la gesta,  no dudamos en seguir la ruta programada, que nos ofrecía un maravilloso teatro con la presencia, al fondo, de los colosos Montseny, Montserrat y unos nevados Pirineos ideales para gozar de la bici. Cuando todo apuntaba a que seguiríamos rodando de forma relajada, la categoría del clan ciclista y el exceso de testitulina, no pudo evitar que se encendiera la mecha. Sin consciencia, nos enfrascamos una vez más y una lucha sin cuartel se desató. Aparecieron las primeras bajas y algunos empezaron a padecer los peligrosos síntomas de la temida pájara.

Finalmente, llegó la paz a la camarilla, pero cuando rodábamos de forma suave apareció un fuerte viento de poniente, acabando de dinamitar nuestras escasas fuerzas, causando reacciones variopintas y entre ellas la CASTAÑA PILONGA que pilló el organizador del espectacular recorrido por la Catalunya central. ¡Pobre Emili!

Nunca aprenderemos a comportarnos como deberíamos y siempre pecaremos de valentía. Pero sin estas batallas, sin el fuerte dolor de piernas y sin la sensación de haber cumplido con nuestra pasión, seguro que no nos levantaríamos un día más para seguir luchando e intentar sobrevivir en esta jungla que nos ha tocado vivir. Sin duda, estas escaramuzas son unas de nuestras fuentes de energía.

¡Muchas gracias a todos por esta gran jornada! Salud y kms, Xavi.