Cada semana que voy finiquitando, intento sobrevivir en esta jungla que habitamos y no dejo de recoger más decepciones que alegrías. Una y otra vez compruebo que la maldad imperante que tristemente reina en la sociedad nos está conquistando sin cesar, como si fuera una invasión extraterrestre con malvadas intenciones. Sin embargo y de forma puntual, tengo la fortuna de compartir acciones de categoría plus con protagonistas de un rango deportivo excepcional y de una valía humana soberbia que actúan, de forma inmediata, como agente revitalizador para seguir subsistiendo en esta espesa selva.
Comprobar que aún sobreviven almas con buenas intenciones y que la perversión social que nos rodea, todavía no les ha arruinado sus voluntades a la hora de organizar eventos de confraternidad deportiva, te recuerda que este mundo cruel se puede cambiar. Ricard (Sumattory), Xavi (Moma) y Cristian (Siker) fueron capaces de convocar a un enorme conglomerado de deportistas de alto calibre para disfrutar de una exquisita marcha ciclista y, sobre todo, de un rico y recuperador manjar post esfuerzo. Todo ello acompañado de una seudotertulia navideña llena de deseos de cara al 2013 y colmado de anécdotas que contaminó el restaurante Moma de Girona de una magia especial.
Si a uno le apasiona el mundo de las dos ruedas y tiene la ocasión de compartir pedaladas con campeones de la actualidad como el mito del Mountain Bike, José Antonio Hermida, el regatista de la World Race Gerard Marín, el atleta Àngel Mullera, el piloto de la DTM (Deustch Tourist Meisterschaft) Miquel Molina, la leyenda Ironman Marcel Zamora o las promesas del TRI Nan Oliveras y Albert Moreno, entre muchos más deportistas de calidad deportiva y humana, que conformaron una considerable grupeta, te engorilas de tal manera que no puedes negar cualquier propuesta deshonesta, deportivamente hablando.
Salvo algunos contratiempos, como alguna caída sin consecuencias y algún pinchazo, todo fue según lo previsto hasta que después del reagrupamiento general, la leyenda de las ruedas gordas nos informaba del triste accidente de Iñaki Lejarreta. Desde ese instante, el pelotón rodó abatido el resto de la etapa. Por proximidad, tanto José Antonio Hermida como Pau Zamora fueron los más aturdidos al conocer la desgracia y, lamentablemente, la noticia dinamitó por completo la original quedada.
Sinceramente, se hace duro escribir cuando, una vez más, te das cuenta de lo vulnerables que somos y lo poco respetados que estamos. Estos duros incidentes te reproducen, de forma instantánea, tus percances sufridos, como los que servidor ha vivido en el 1998 en Madrid o el 2003 en Font Romeu (FRA) y te recuerda que algún día alguno de nosotros, que pasamos horas y más horas en las carreteras disfrutando de nuestro deporte favorito, podemos ser la víctima. Esperemos que se tomen medidas al respecto, ¡ya!
Felicito a Ricard, Xavi y Cristian por organizar esta emboscada navideña y deseo que tenga muchas más ediciones. No sé qué pasará el próximo día 21, pero con la profunda sensación de desencanto generalizado provocado por la pérdida del respeto, del sentido común... y de la elegancia, para el bien de la propia sociedad espero que se resetee todo y aparezcan, otra vez, los valores perdidos.
Salud y kms, Xavi.
P.d. Mi profundo pésame a la familia Lejarreta. D.E.P.