Van pasando los días, las semanas, los meses... y uno se da cuenta que va perdiendo gigas de MEMORIA. Desde hace varios meses que quería postear recordando a unas de las figuras más importantes del TRI nacional. Rememorar a toda aquella gente que con su pasión, su tenacidad y su ciega apuesta por un deporte que era apenas conocido, debería ser un acto más habitual en la actualidad y, sobre todo, de agradecimiento por ser los que con su voraz esfuerzo solidificaron los cimientos del triatlón que disfrutamos a diario.
Quizá el punto de inflexión que recuperó mi intención de dedicar este escrito a uno de los más grandes promotores del triatlón en los años 80 y 90, fue leer un reportaje sobre otro caballero del multiporte como era y es José Luís Cano. Rápidamente, mi mente memorizó su cuenta pendiente.
Efectivamente, los retratos lo delatan. El mítico Francisco Godoy, el gran Paco para todos los que hemos tenido la ocasión de compartir concentraciones, competiciones o, simplemente, esos agónicos test que se organizaban hace dos décadas en la piscina de 25 mt de la Blume de Madrid o en el complejo Alfa 5 de Barcelona. Y tiburón, como le bautizaron todos aquellos que sufrieron sus terribles hachazos en todas las competiciones que abarca el planeta multidisciplinar, quedando como apodo para la biblia del TRI.
Personalmente, fue unos de mis héroes cuando empezaba a dar mis primeras pedaladas y soñaba en ser, sencillamente, un triatleta. Siempre recordaré sus primeros consejos en aquella torturadora concentración de Lanzarote en 1993, donde varios de los líderes de la época, como Pablo Sáez, Marcos Barrantes, Antonio Alix, Ferran Avilés, Cathy Davies, Maribel Blanco, Laura García, Marisa Gómez o el propio Paco por ejemplo, me hicieron pasar mucha miseria.
Este ex-nadador, campeón de España absoluto a los 15 años, vio como un accidente de moto le apartaba de la élite acuática. Curiosamente, estuvo presente como espectador, en la primera edición del triatlón de Barcelona y allí empezó su relación por este maravilloso deporte. Paco fiel a su estilo no dudó en machacarse y en poco más de un año ya estaba destellando a los Ricoy, González-Amo, Burguete, Santamaría, Piña, Alix, Ayet o Arenal... Fue en varias ocasiones el mejor triatleta del país, consiguiendo la victoria en la mayoría de los eventos más ilustres del calendario. Durante unos años lo que empezó a ser su divertimento pasó a ser, junto a su profesión de médico, un estilo de vida. Madrid, Aguilas, Zarautz, Barcelona, las diferentes pruebas del mítico circuito Caja Postal o el desaparecido duatlón de Tolosa rememoran en su historial la presencia en lo más alto del podio del tiburón.
Afortunadamente, y como indica la fotografía, siempre podré recuperar esas sensaciones que tuve el honor de sufrir mientras seguía la estela de uno de los más grandes del triatlón español. Repasando varias de las escenas compartidas con la leyenda del CNB (Club Natació Barcelona) puedo revivir lo sucedido en el campeonato de España de Águilas (Murcia) 1994, donde el drafting no era permitido, y fue ganado por el hombre de Galdakano, el rodador Borja Osés. Paco sufrió una mala jornada y cuando aún nos movíamos en puestos de podio, aparecieron como lobos hambrientos varios de los grandes corredores de la época, Avilés, Esteban o Barrantes entre otros muchos. El respeto hacia él era tanto, que uno por uno le animaban y le pedían permiso para pasarle. Sin duda, eran otros tiempos donde la elegancia y el aprecio eran virtudes habituales.
Paco debido a diferentes lesiones o como él define: "los dolores varios que me impiden correr sin problemas", fue abandonando los primeros planos del escenario triatlético. Sin embargo, la aparición de sus hijos Cesc y Anna, que han seguido la gloriosa senda de su padre, le mantienen unido, en esta ocasión de father assistant, a uno de sus grandes divertimentos como es el triatlón. Estoy convencido que cuando observa, desde la barrera, a sus pequeños tiburones disfrutando con el TRI y, como va siendo habitual cosechando grandes resultados, se siente muy orgulloso.
Puntualmente, hacer un poco de MEMORIA histórica vale la pena para que todos tengamos claro de donde venimos, quienes somos y el porqué de la evolución de esta fantástica disciplina. Tristemente, hay gente que da lecciones faltando al respeto a estos aventureros que tanto trabajaron hace años desde la sombra. Otros que sentencian sin saber y algunos que obvian o, simplemente, desconocen a los que hicieron mucho para que, ahora, todos podamos gozar de este maravilloso deporte. Gràcies Paco! Muchos aprendimos de ti. Esperemos que no quede en el olvido tu enorme granito de arena.