miércoles, 6 de junio de 2012

MAGISTRAL

Aún no han pasado 72 horas del martirio triatlético que servidor vivió en el bautizo de la siempre respetada distancia larga. Son días de recuperación, reflexión y como me recuerda Javi: "De arrastrarme como una alfombra". Desde el día que me dejé enredar para "estrenarme en la larga" apareció un mar de dudas incontrolable. Fue increíble que después de dos décadas batallando por el planeta Triatlón, empezara a descubrir otro mundo del multideporte. No vacilé y empecé a preguntar todas mis dudas a Finishers de confianza para que intentaran solucionar mis interrogantes y, sobre todo calmar mis miedos. Emili, Pepe (en la foto), Ladi, Iván, Clemente, Toni, Marcel, Lluís, Carles, Antonio, Pakillo, Diego, Andreu, Albert... probaron de adiestrarme para que mi presentación fuera lo menos traumática posible. Pero por muchos consejos y ánimos recibidos hasta que no te encuentras en plena faena no conoces la auténtica esencia de la Larga Distancia. Esta primera experiencia fue algo nefasta, durante la paliza miserable que viví, especialmente en el tramo más extremo del tercer segmento que parecía un campo de batalla lleno de guerreros heridos, que no muertos, quizá la mejor opción hubiera sido la retirada. Pero, hace ocho años que tuve la peor retirada de mi vida deportiva y, desde entonces, me tatué en la mente que si no era por una causa mayor, llegar hasta meta sería el gran objetivo y si venía acompañado de un buen resultado, ¡fantástico!. Os puedo asegurar que durante las 11 horas del pasado domingo este veterano del TRI estuvo en una particular e intensa clase MAGISTRAL de Triatlón y comprobé otra óptica de este maravilloso deporte. Ahora entiendo esa atracción fatal con estos eventos y la relación de amor-odio de todos los FINISHERS con la Larga Distancia, que al finalizar la prueba la odian y en 24 horas ya están buscando otro nuevo objetivo de gran calado. Sinceramente, la vivencia y el aprendizaje que tuve fue soberbio. Sin duda, estoy convencido que me ayudará a la hora de superar cualquier obstáculo y para los próximos retos del futuro cercano. Reconozco que apuntarse a tal evento es una gran apuesta, un órdago a la grande de categoría plus, pero superarlo es una sensación indescriptible y muy recomendable. Con superación, esfuerzo, ilusión y tenacidad se puede conseguir. No dudéis que la gran mayoría de aquellos "soldados" moribundos ganaron la batalla final, ¡ser FINISHERS!. ¿Seréis vosotros los siguientes en lograrlo? Seguro que sí. Salud, seguimos descansado. Xavi